Ya huele a Semana Santa. Siempre que hacemos pestiños decimos lo mismo, pues yo los hago en esta fecha y los asociamos a estos días.
Este año no me ha pillado en plena forma y mi gran ayuda ha sido mi hijo que amasa estupendamente y cuando era pequeño le encantaba ayudarme, así que no es nuevo en esto.
Estos pestiños no son como los que podemos encontrar en confiterías pues yo los hago super pequeños, de bocadito, lo que supone que se comen como las pipas, no son nada pesados, a todo el mundo le gustan y cuando empiezas no sabes parar.
esta es la medida que utilizo, una lata pequeña de leche condensada que guardo de un año para otro y la receta va en función de esta lata, aquí se toman las medidas, pero para quien no cuente con la lata, le podré en gramos a lo que equivale
la medida de la lata llena es así
Necesitaremos:
1 kg. de harina menos una lata (equivale a 830 gr. de harina)
1 lata de vino (equivale a 280 ml)
1 lata menos un dedo de aceite de oliva (equivale a 200 ml)
1/2 bote de ajonjolí
1/2 bote de matalauva
sal
azúcar y canela para emborrizarlos
freímos en el aceite una cascara de limón para desahumarlo
y antes de retirar del fuego ponemos la mitad del ajonjolí para que se tueste un poco. Yo lo pongo así con un colador
apartamos y dejamos que enfríe el aceite
quitamos la medida de harina que no vamos a utilizar
ponemos el resto en un bol y añadimos la sal
una medida de vino (Montilla-Moriles)
el ajonjolí frito
la otra mitad de ajonjolí sin freir
la matalauva
y el aceite en el que hemos frito la cascara de limón, una medida faltándole un dedo
y a mezclar
una vez que esté todo integrado amasamos un rato
hasta conseguir una masa sin grumos
y dejamos reposar durante hora y media en el horno caliente (precalentado a 50 grados) y apagado
vamos cogiendo pellizcos de masa
y con un rodillo lo extendemos hasta que quede fino
doblamos
freímos en aceite de oliva
dejamos escurrir sobre papel de cocina
mezclamos azúcar y canela
y antes de que se enfríen los los pasamos por la mezcla