No me resisto a hacer esta delicia, que aunque lleva su tiempo, merece la pena por el sabor casero y el olor que desprende la cocina a almendra y canela. Los ingredientes son muy básicos, aunque me parece importante usar la manteca ibérica y la almendra de buena calidad.
Necesitaremos:
800 gr. de harina
400 gr. de manteca de cerdo
2 cucharadas de canela molida
200 gr. de almendras
200 gr. de azúcar glass, más la necesaria para espolvorear
(con estas cantidades salen 60 unidades)
Lo primero y fundamental es tostar la harina, que la pondremos en bandeja de horno y la dejaremos durante una hora más o menos a 120 grados. Una vez tostada, tenemos que dejar que enfríe completamente
troceamos las almendras
y las ponemos también a tostar en el horno durante 15 minutos
una vez fría la harina procedemos a mezclar todo, añadimos la manteca
el azúcar
la canela
y las almendras
empezamos a amasar hasta que se integre todo totalmente
y quede una masa fina y sin grumos
formamos rollitos
y cortamos ruedas, o también podemos extender la masa y cortar con un vaso o con cortapastas
colocamos en bandeja de horno sobre papel parafinado
y horneamos durante 20 ó 30 minutos a 180º, dependiendo del horno, y siempre pendientes de que no se quemen, sobre todo por abajo no deben tostarse demasiado.
Terminado el horneado dejamos que se enfríen y espolvoreamos con un colador azúcar glass
envolvemos individualmente con papel de seda
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